martes, 12 de noviembre de 2019

El "Pendón de la Conquista" de Tenerife

por José Manuel Erbez


En el Salón de Plenos del Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna  se conserva una de las piezas vexilológicas más importantes de la Historia de Canarias. Se trata de un lienzo al que tradicionalmente se ha venido a denominar como "Pendón de la Conquista de Tenerife", aunque tal denominación, como veremos, no responde en absoluto a la auténtica naturaleza de este objeto. Pero precisamente ese nombre ha sido la causa de que el mismo haya sido objeto de una agria polémica.

"Pendón de la Conquista"
Para comenzar, vamos a hacer un recorrido por los testimonios que nos transmiten las fuentes históricas acerca de pendones y otras enseñas que pudieran tener algo que ver con el objeto que nos ocupa.

Entre finales de 1495 y mediados del año siguiente se culmina la conquista de Tenerife por las tropas castellanas al mando del Adelantado Alonso Fernández de Lugo, considerándose tradicionalmente el 27 de julio de 1496, día de San Cristóbal, como la fecha oficial de finalización de la conquista. Sin embargo, no se conservan testimonios contemporáneos que hagan referencia al uso de algún pendón o estandarte en concreto durante la campaña militar.

Pero sabemos que en 1505, en la Proclamación de Juana como Reina de Castilla, Alonso Fernández de Lugo mandó sacar de la iglesia de la Concepción un pendón que tenía castillos, leones y una granada; es decir, se trataría del pendón real que solía usarse en las proclamaciones reales, sin que pueda saberse con certeza si estuvo presente en la Conquista o si fue confeccionado después de su finalización.

El 23 de marzo de 1510 la Reina Juana concedió al Concejo de La Laguna "armas para que pusiese en sello y pendón", aunque no existe constancia de si efectivamente llegó a ponerse el escudo en algún pendón o bandera, si exceptuamos la bandera del Regimiento de Milicias Provinciales de La Laguna que se conserva en el Museo Histórico Militar de Canarias de Santa Cruz de Tenerife, donde dicho escudo remata los brazos de la Cruz de Borgoña.
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En 1561, entre las enseñas que recibe el Alférez Mayor Francisco de Valcárcel, figura el "estandarte real", de tafetán rojo y punta larga, que tenía de una parte la imagen de Ntra. Sra. de Candelaria y de la otra las armas reales. También recibió el guión real, con las armas de Castilla bordadas en oro, plata y seda, con guarnición amarilla; este último escudo podría ser el que aparece en la esquina del "Pendón de la Conquista", como veremos más adelante.

En 1569 se documenta la procesión del Pendón Real en la festividad del 27 de julio:

“… Dixeron: qe. Porque. N. S. fué servido qe. el día de la festividad de Sn. Cristóbal fuese ganada esta Ysla pr los cristianos conquistadores a los naturales infieles de ella, e reducida al conocimiento del verdadero Dios; en reconocimiento, se ha acostumbrado qe. el Alferes general de esta Ysla saque dicho día el Pendón real e vaya con él en la procesión y porque. ha habido algunas diferencias entre los Beneficiados sobre de cual Iglesia ha de salir, y pa. evitar dichas discusiones, se ha acordado qe. dicho Pendón no vaya a la procesión, sino que se saque dicho día, pr la tarde, de las Casas del Ayuntamiento y traiga pr. la ciudad con decente autoridad, y vayan a las casas del Alférez gral, después de medio día, la Justicia y Regto., y le lleven a las casas del Cabo. y allí reciba dicho Pendón de mano del Gobernador e recibido, salgan de las casas del Ayunto. y se pongan todos a caballo con toda la gente principal e Caballería de la Ciudad, e vayan con la orden y delante vayan las trompetas y atabales, luego los alguaciles, y tras de ellos toda la caballería y después los capitulares, qe. no fuesen regidores, e luego siga el Cabildo, contando desde el Personero y Alcalde mayor e luego los Escribanos, e luego los Jurados e detrás de ellos los Regidores pr. su antigüedad e a la postre, dicho Alferes mayor con el Pendón real, al cual lleven en el medio, el Gobernador e Regidor dcano y delante, del Pendón real, vayan dos Reyes de Armas con sus cotas y mazas, y de esta manera pr. su orden, vayan primero a la Ermita de San Cristóbal y hagan allí oración, y luego paseen por las calles principales de la ciudad, y vayan a las casas del Cabildo, donde dicho Pendón se ponga a una ventana, qe. salga sobre la plaza, y los caballeros se regocijen en dicha plaza, jugando cañas y otros géneros de regocijos”1

A partir de ahí parece existir un largo silencio en la documentación. La primera vez que encontramos la mención de un vexilo en relación con la conquista de la isla es en 1760, en las Memorias de Lope Antonio de la Guerra y Peña2, quien, al referirse a la celebración por el Ayuntamiento de la festividad del 27 de julio, dice: Házela [la fiesta] alternativamente en las dos Iglesias parroquiales [...] i lleva el Alférez Mayor el Real Estandarte, que se levantó en la conquista. Esta misma idea es luego recogida por José de Viera y Clavijo en sus "Noticias de la historia general de las Islas de Canaria"3 (publicada entre 1772 y 1783). Tras describir la rendición de los jefes guanches dice: Concluida la solemne Misa [...] se entonó el Te Deum. Y tomando Don Alonso Fernandez de Lugo el Real Estandarte de la Conquista, le tremoló, diciendo por tres veces en voz alta: TENERIFE POR LOS CATHOLICOS REYES DE CASTILLA Y DE LEON. Y más adelante indica en nota: Esta memoria se repite anualmente el 27. de Julio, en cuyo dia celebra la Ciudad de la Laguna á su Patrono titular San Christoval, saliendo en cuerpo á una de sus Parroquias, y llevando el Alferez Mayor el Real Pendon que sirvió durante la Conquista de Tenerife.

De este texto se deduce que el Adelantado simbolizó el final de la conquista -con el sometimiento de los aborígenes- mediante el tremolado del Real Estandarte, una práctica común en la época, y que dicho estandarte era sacado en procesión cada 27 de julio para conmemorar aquel evento. Sin embargo, nada nos dice del aspecto que tendría aquella enseña. En cualquier caso, parece evidente que en el siglo XVIII estaba más o menos arraigada la idea de que el estandarte o pendón real conservado en el Ayuntamiento (cualquiera que fuera su aspecto) era el mismo que encabezó la conquista.

La costumbre de sacar el pendón en procesión debió mantenerse durante el siglo XIX, ya que el 10 de febrero de 1909 se le concedieron honores de infante, y el 17 de julio de 1913 el Alcalde de La Laguna comunicó al Capitán General de Canarias que se había decidido sacarlo en procesión, información esta que puede significar la reanudación de esta costumbre quizás interrumpida durante algún tiempo por razones que desconocemos. Algunos años después, el 2 de agosto de 1920, el Ayuntamiento de La Laguna institucionalizó la procesión del Pendón, alegando que venía haciéndose de forma tradicional. Lo curioso es que este acontecimiento siguió desarrollándose incluso durante la II República, hasta el punto de que el 20 de septiembre de 1931 el Ministro de la Guerra, Manuel Azaña, autorizó honores militares.

Durante los años del franquismo no parece haber novedades sobre este asunto, pero con la llegada de la democracia sale a la luz un independentismo hasta entonces clandestino y que en gran medida encuentra su justificación histórica en la reivindicación de los aborígenes como los auténticos antepasados del pueblo canario actual. Según esa visión, los canarios no deben celebrar la conquista, ya que ello supone celebrar su propia derrota, y por tanto los elementos asociados a la conquista, como el pendón, son símbolos de sometimiento y opresión.

A lo largo de los años noventa se fueron haciendo frecuentes los actos de protesta contra el pendón por parte de grupos independentistas, normalmente con escasa participación pero con bastante repercusión mediática. Aunque las protestas iban dirigidas contra el acto en su conjunto, se manifestaban gráficamente en el rechazo al pendón como símbolo de la conquista. Esto se manifestaba gráficamente en unos dibujos que mostraban una representación convencional de un pendón (sin ningún parecido con el real) bajo una señal de prohibición.

El 29 de julio de 2003, a raíz de unos incidentes especialmente sonados, con intervención policial saldada con varias detenciones, se creó una “Comisión para el estudio del papel protocolario e institucional del Pendón de la Conquista”. En junio de 2004 la comisión presentó su dictamen, en el que recomendaba que dejara de ser sacado en procesión el 27 de julio, dado que no tenía nada que ver con la Conquista. Recomendaba que, en su lugar, se sacara "el escudo", lo que en la práctica significa la bandera. Esta recomendación fue aprobada por el Pleno el 8 de julio de 2004. La decisión no satisfizo ni a los independentistas, ya que de todas formas se siguió celebrando la Conquista, ni a otros ciudadanos, que constituyeron una asociación para la defensa del patrimonio y promovieron la declaración del Pendón como Bien de Interés Cultural por parte del Cabildo Insular, objetivo que consiguieron el 25 de mayo. 


El 13 de julio de 2006 el PP (que apoyaba mediante un pacto de gobierno a Coalición Canaria) presentó una moción en el Ayuntamiento para que el Pendón volviera a salir, con el argumento de que al no ser de época de la Conquista no era un símbolo de la misma; la moción fue aprobada y aquel año salió, pero al año siguiente (23 de julio de 2007) Coalición Canaria (ahora con mayoría absoluta) presentó una contramoción y volvió a quedarse sin salir el 27 de julio. A partir de entonces, el pendón sólo sale el 14 de septiembre, en la procesión del Cristo de La Laguna, como símbolo de la vinculación de la Monarquía con la hermandad encargada de la custodia de esta imagen. Además, durante los días alrededor de esa fecha, en que se celebran las fiestas locales, varios rincones de la ciudad son engalanados con banderas municipales  En cambio, el 27 de julio ya no sale ni el pendón ni el escudo ni la bandera, quedando los actos en un breve desfile de los miembros del ayuntamiento desde las casas consistoriales hasta la iglesia del Convento de las Catalinas, donde se celebra una misa.

Hasta aquí los hechos vinculados con el pendón y su polémica. Pasaremos ahora a describirlo.

Se trata de un paño de damasco de seda natural, rojo, decorado con flores de loto, de aprox. 1,55 x 2,54 m. Fue restaurado en 1982. En el centro lleva un escudo bordado con las armas reales, entre las que figura el escusón de Portugal, lo que nos permite datarlo entre 1580, fecha de la incorporación a la Corona española de Portugal, y 1684, en que desaparece el escusón de las armas reales (quizá un poco más tarde, por el retraso en la llegada de noticias a Canarias) El conjunto va rematado por corona real cerrada de cinco medios arcos (modelo bastante frecuente en época de los Austrias) y rodeado por el collar del Toisón de Oro.

Escudo central y reconstrucción aproximada.

Por otra parte, en la esquina superior derecha figura otro escudo donde aparecen los cuarteles de Castilla, Nápoles, Aragón y León. Esta disposición, no muy frecuente, corresponde a las armas de Fernando el Católico como Rey de Nápoles, lo que permite datarlo entre 1504 (cuando recibió dicho reino por su matrimonio con Germana de Foix) y 1516, fecha de su muerte. Por lo tanto, ninguno de los dos escudos se corresponde con la época de la conquista de Tenerife.


Escudo de la esquina y reconstrucción.
De este análisis se concluye que ni la pieza en su conjunto ni ninguna de sus partes datan de época de la conquista de Tenerife por Castilla. Sin embargo, es evidente que los escudos que en ella se muestran tienen una considerable antigüedad, y probablemente pertenecieron a sendos pendones reales, las insignias que en el Antiguo Régimen representaban la autoridad del Monarca sobre sus territorios y sus súbditos. Por tanto, el pendón conservado en el Ayuntamiento de La Laguna es una pieza de incalculable valor histórico, símbolo de la vinculación de Tenerife a la Monarquía española, con lo que ello pueda tener de positivo o negativo para cada cual.

Para finalizar, digamos algo más con respecto al escudo de La Laguna, ya que, como hemos visto, en su momento se planteó como una especie de alternativa al Pendón. Como se ha dicho más arriba, el 23 de marzo de 1510 la Reina Juana concedió al Concejo de La Laguna "armas para que pusiese en sello y pendón":

... e por la presente vos doy por armas el angel San Miguel armado con una lana e una vandera en la una mano e un escudo en la otra e debaxo puesta una breña de que sale del alto della unas llamas de fuego que se nombra teydan e un león a la una parte de dicha breña e un castillo a la otra e debaxo de dicha breña la dicha ysla de thenerifee en campo verde a la mar alderredor e todo ello puesto en un escudo en campo amarillo con unas letras amarillas por la orla en campo colorado que dize Michael arcangel beni ym adjutorium populo Dei thenerifee me fecit, segund va pintado en esta mi carta en memoria de que la dicha ysla de thenerifee se ganó día de San Miguel por el dicho Adelantado...


Al respecto, es curioso leer lo que dice el dictamen de 2004:


Es precisamente en este escudo, donde se encuentra no solo el primer signo de identidad de La Laguna, sino incluso donde se encuentra representada la nueva concepción de ciudad criolla y mestiza que caracterizará a las futuras fundaciones españolas. Junto a los emblemas de Castilla y León, a cuyo reinado se incorporan las Islas Canarias, se encuentran representadas las culturas Guanche y Castellana por medio de dos símbolos religiosos como son el Teide, denominado Echeyde por los guanches, que no solo era la morada de un espíritu maligno al que denominaban Guayota, sino que además era su montaña sagrada que tenía la función de sostener el mundo superior (el cielo) y el inferior (la tierra), y por otro lado, en la esquina superior izquierda se encuentra San Miguel Arcángel.
Por lo tanto, el escudo de La Laguna debe ser entendido como el símbolo que representa en la isla de Tenerife el mestizaje de dos pueblos y dos culturas, la guanche y la castellana, tal como se puso de manifiesto desde el mismo momento de la fundación de la Villa.

Sin embargo, la interpretación que hacen algunos historiadores, como Miguel Ángel Martín Sánchez5, es que la presencia de San Miguel pretende identificar la victoria de Alonso Fernández de Lugo sobre los guanches con la del Arcángel sobre las fuerzas del Mal. De ninguna manera se trata de poner en pie de igualdad dos culturas, la guanche y la castellana, sino que la segunda es "el pueblo de Dios", como claramente indica el lema de la bordura: MICHAEL ARCANGELE VENI IN ADJUTORIUM POPULO DEI THENERIFE ME FECIT [Miguel Arcángel ven en ayuda del pueblo de Dios, Tenerife me hizo6]

Por lo tanto, por muy buena voluntad que queramos echarle, no hay más remedio que reconocer que el escudo de San Cristóbal de La Laguna (y de la isla de Tenerife, ya que el mismo, con ligeras variaciones, es usado por el Cabildo Insular) simboliza la victoria de un pueblo, el castellano, sobre otro, el guanche, con lo que ello llevó aparejado de desaparición violenta de una cultura y su sustitución por otra. Pero este hecho puede ser entendido en la actualidad como una catástrofe de la que lamentarse y exigir venganza en forma de independencia, o como un acontecimiento histórico irreversible que, a pesar de todos los aspectos negativos que pueda contener, significó el nacimiento de la sociedad y la cultura canarias tal como hoy la conocemos.

Notas:

1.     Libro de Actas Capitulares del Cabildo. Oficio Primero, Libro 12, folio 129. (1563-1570) -Sesión de 23 de Julio de 1569- (Archivo Municipal de La Laguna)
2.     GUERRA Y PEÑA, Lope Antonio de la. Memorias: Tenerife en la segunda mitad del siglo XVIII. Las Palmas de Gran Canaria: Ediciones del Cabildo de Gran Canaria, 2002
3.     VIERA Y CLAVIJO, Joseph de. Noticias de la historia general de las Islas de Canaria. Santa Cruz de Tenerife: Idea, 2004
4.     Real Cédula conservada en el Archivo Municipal de La Laguna
  1. MARTÍN SÁNCHEZ, M.A. La imagen de San Miguel en el escudo heráldico de La Laguna: un programa político ilustrado en sentido cristiano. Cuadernos de Arte e Iconografía. Tomo IV, nº 8, 1991
  2. La inscripción del escudo corrige los errores ortográficos contenidos en el documento original. Por otra parte, parece que Thenerife me Fecit sería el lema o divisa del Adelantado Alonso Fernández de Lugo, al que, efectivamente, Tenerife le "hizo" un hombre poderoso.