por Carlos García
La copla sirvió para mantener
latente un conflicto añejo que venía desde tiempos pasados y que diferenciaba
totalmente a la sociedad de Aguere dividida en dos territorios marcados. Las
envidias y recelos continuaban entre las personas que habitaban en los dos
barrios correspondientes motivando algaradas y peleas. Con el tiempo, la disputa se avivó al conocerse la decisión del
obispo Cámara y Murga de construir una nueva torre en la iglesia de la
Concepción para la adquisición de una nueva campana mucho mayor que las
existentes. Pero sobre todo, con la intención de traer un nuevo reloj a la
Villa de La Laguna. Este reloj fue encargado a la
ciudad de Londres por el comerciante Guillermo Van den Heede Dujardín con un
coste de catorce mil ciento cuarenta y un mil reales de vellón, llegado a la
isla a bordo del bergantín goleta “Las dos hermanas” el 8 de junio de 1751 y
ocasionando una disputa entre la
parroquia de Los Remedios, la de la Concepción y las Casas Capitulares.
Pero además originó una
rocambolesca situación, según bien nos relata Luis García de Vegueta en su
libro “Islas Afortunadas”, y que encontramos entre las notas del Diario del
regidor Anchieta y Alarcón, en la que
intervino la presencia de dos señoritas de la aristocracia lagunera enredando
mucho más la tensa situación. Ante el litigio planteado por las
parroquias, se decide en votación para dilucidar a quien corresponderá su
ubicación. Asisten los regidores, el síndico personero, beneficiados y
sacerdotes de las parroquias. No se llega a ningún acuerdo ya que cada uno
argumenta a favor de su parroquia.
Entonces aparecen las damiselas
laguneras que con sus encantos, amoríos y engaños seducen a los carreros
encargados de recoger el reloj del velero, amarrado en el muelle de Santa Cruz,
para que no asistan a su trabajo, con la excusa de citarlos por la noche en los
jardines de sus casas. Esta argucia, maquinada de
antemano por los partidarios de robar el reloj y colocarlo en la Concepción,
motiva que se presenten en Santa Cruz y, tras recogerlo, lo esconden en los
graneros del Cabildo. Se denuncian los hechos y
comienza la investigación del paradero de lo robado. Debe intervenir el
gobernador Juan Urbina quién comienza las pesquisas. Se reúne el Cabildo, se
hacen Asambleas, todos hablan. Finalmente se ordena, por parte del Gobernador,
la entrega del reloj a la parroquia de Los Remedios que, por mediación del
Corregidor, se coloca en la torre que existe en la fachada para disfrute,
servicio y gobierno de los laguneros, quienes dispondrán desde ahora de una
sola medida del tiempo sirviendo para control de las horas de riego y de las
faenas.
Anchieta describe en su Diario:
“Martes, 22 de junio 1751, como a las once de la mañana subieron la campana
grande del reloj en la torre de los Remedios; subiéronla la gente de mar de los
navíos de las Indias, que a ello vinieron. A la tarde, todos fueron de
diversión a las Mercedes, a caballo, y echando voladores, y al venir lo mismo,
y a comer, que comieron en casa del mayordomo del Cabildo”.
Estado actual de la torre y el reloj.-
El deterioro de la torre y la
fachada de la iglesia parroquial de los Remedios se hacía patente desde 1813,
situación que advirtieron Cristóbal Bencomo, arzobispo de Heraclea, Pedro Bencomo, chantre de la catedral de
Canaria y Santiago Bencomo, deán de Canarias, todos hermanos, que decidieron
acometer una profunda renovación arquitectónica de aquella a costa de su propio
patrimonio personal. Estos benefactores trajeron los
planos de la catedral de Pamplona que había elaborado Ventura Rodríguez para
realizar la modificación que exigía el frontis de la iglesia lagunera. Ya en este momento se había
formado la diócesis Nivariense, en 1818, tras haberse segregado las cuatro
islas occidentales como había referido al principio, situación que propició la
transformación de parroquia a catedral,
en lo que tuvieron que ver mucho los hermanos Bencomo, instalándose el
nuevo rango eclesiástico en diciembre de 1819.
Estos planos originales fueron
modificados por Juan Nepomuceno Verdugo y Pedro Díaz quienes se encargaron de
las obras que fueron finalizadas en 1825, tanto la torre sur como el pórtico,
colocando en su cúspide una de las dos veletas de bronce que coronan los
torreones. La falta de presupuesto económico hizo detener las obras hasta 1882
en que comenzó a edificarse la segunda planta de la fachada, finalizándose la
torre norte, en 1916, aunque en 1897 tuvo que clausurarse la iglesia por
amenaza de ruina del crucero y del cimborrio, situación que se corrigió a
principios del siglo XX con proyecto del ingeniero Rodrigo Vallabriga, que
derribó todo el edificio excepto el frontis original de 1820.
La fachada que hoy podemos
contemplar es una muestra de estilo neoclásico con una sensación de poca
altura, muy achatada, si se compara con
su copia de Pamplona y toda la obra pertenece a la realizada hasta 1915, a
excepción de la última torre que se construyó un año después. Tras las modificaciones y
reformas llevadas a cabo a lo largo de su historia, el templo conserva
interiormente de su etapa primitiva la planta general, estando constituida por
tres naves habiendo sido sustituidas las dos laterales previamente existentes
para la ubicación de las capillas, y desde la última renovación arquitectónica
poco queda de la configuración original de la iglesia parroquial.
De la fachada, como escribe
Cioranescu, versión modificada de la catedral de Pamplona, se compone de dos
cuerpos; el inferior con un atrio de cuatro columnas toscanas flanqueadas por dos puertas; el superior con
sus esquinas de cantería típicas canarias, se compone de cuatro ventanas
rectangulares con otra de mayor dimensión circular y un frontón en el atrio de
forma triangular. En las dos esquinas del frontis se alzan sendas torres con las campanas y en una de
ellas, el reloj. Subiendo a la torre donde se
encuentra el reloj, visita realizada con el acompañamiento de uno de los
encargados de darle cuerda y de su cuidado, el amigo Eloy, que siempre de manera voluntaria lo realizó en su
momento, lo mismo que acompañado y junto a Domingo el sacristán, pude verificar
su funcionamiento y comprobar una serie de circunstancias que me parecen
interesantes darlas a conocer. Muchos han sido los encargados de tal menester
no pudiendo olvidar a los conocidos “Perita” que, además de campaneros, han
colaborado en el cuidado de aquel.
Algo que me sorprendió fue
descubrir las numerosas inscripciones y escritos que se hayan pintadas en la
paredes que conforman el habitáculo donde se encuentra el reloj. Son numerosas
y variadas las frases que podemos leer y que se tratan de anotaciones hechas
por quienes han tenido a su cargo el mantenimiento y arreglo del reloj, por lo
que podemos decir es un diario, una agenda de lo acontecido durante muchos años
con respecto a los personajes y avatares por los que ha transcurrido la
historia del aparato controlador del tiempo de La Laguna. Pero no solo en lo
que se refiere al reloj sino incluso existen múltiples anotaciones de la vida
social y cotidiana de la ciudad de La Laguna con datos de fallecimientos de
personajes conocidos, de circunstancias distintas en el día a día ciudadano.
Son pequeñas narraciones periódicas que conforman un verdadero diario social de
la ciudad de Aguere.
Algunas de estas anotaciones
quiero dejarlas mostradas en este escrito para que puedan conocerse y descubrir
la temática que alude. Y como muestra de ellas existen muchas dedicadas a
informaciones sobre fallecimientos de personas y vecinos como las siguientes:
- El 7 de Marzo de 1906 murió D. José Leiva de Mesa
- Carmen García y Recco falleció el 1 de Agosto de 1910
- El 11 de Octubre de 1911 murió Dª Concha Salazar y Chirino
- Dª Trinidad Cambreleng falleció el 1 de Agosto de 1914
- El 16 de Septiembre de 1914 falleció Juan
Alonso (a) Garrafón
- En Abril de 1914 murió la madre de D. Ramón Matías
- Juan Benítez de Lugo y García falleció el 27 de Octubre de 1914
- Juan Rodríguez y Rodríguez (a) Coneja) murió el 4 de Julio de 19...
- Murió Francisco García (a) El Largo el 20 de Diciembre de 1911
- El 9 de Abril de 1914 murió Dª Adela Amador esposa de D. Jesús Beyro
En otras podemos leer noticias
sobre momentos determinados y hechos ocurridos en la ciudad como las que dicen:
- 2 de Abril de 1901 se inauguró el tranvía eléctrico
- Se inauguró el alumbrado eléctrico del Instituto la noche del 4 de
Octubre de 1911 siendo director de dicho centro D. Adolfo Cabrera Pinto
- Se hizo la primera acometida del agua en la casa de D. Francisco
García calle de Pargo nº 15 el día 12 de Junio de 1911
- S.P. 1842 (escrito con pintura negra y con grandes caracteres que
sobresalen del resto)
- Se compuso el reloj el 25 de Abril de 1863
- El 1 de Enero de 1889 tomó Domingo Rodríguez el reloj
- El día 14 de Diciembre de 1895 se desmontó el reloj y se limpió por
el relojero Juan Gutiérrez de Santa Cruz. 300 pesetas.
- En Junio del año 1899 se limpió el reloj porque se llevó una composición
general hasta unas 500 pesetas y lo arregló D. Rafael F. Trujillo
- Me hice cargo de darle cuerda al reloj el 28 de Enero de 1906. José
Bello
- Se puso esfera nueva el 28 de Marzo de 1923
- La instalación del nuevo cristal fue 3-9-66 colocado por el personal
de la cristalería de don Santiago Martín siendo los mismos J. Ortega, M. Sosa,
T. Rojas, L. Hormiga y J. Avalo
Ahora que el templo catedral de
La Laguna, después de muchos años cerrado por reformas y tras las mejoras
arquitectónicas en su nuevo diseño, deseamos que estas notas sobre las paredes
y muros de la torre sur, la torre del reloj, se conserven y protejan como
verdadero testimonio de un pasado ya lejano para que pueda seguir siendo
conocido y contemplado por las futuras generaciones y que, por qué no, los
actuales encargados de mantener y proteger la vieja esfera del tiempo, sigan
escribiendo datos sobre las paredes blancas y continuar con esa tradición, que
nadie sabe como y quién empezó, que nos ha servido para conocer algo más del
pasado de la ciudad de San Cristóbal de La Laguna sin necesidad de acceder a
legajos, libros, periódicos o papeles viejos en ningún archivo sino solo con
visitar la catedral y escudriñar entre sus paredes.
Me gustaría saber si siguen en la torre estos grafiti o algún 'enterado' lo ha mandado borrar. Curioso y excelente artículo.
ResponderEliminarMuy buen artículo.
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