por Melchor Padilla
En el sudoeste del Gran Londres, a orillas del Támesis y entre Richmond upon Thames y Kew, se encuentran unos de los más importantes jardines botánicos del mundo, los Kew Royal Botanic Gardens. Considerados Patrimonio de la Humanidad, ocupan un total de 120 has. y allí se cuidan las colecciones botánicas más grandes y más diversas del planeta. Al mismo tiempo es un centro de investigación científica respetado internacionalmente donde se identifican y clasifican plantas, se investiga su estructura química y genética, se recolectan y conservan especies amenazadas, se restauran bosques degradados y otros hábitats al tiempo que se mantienen las colecciones de referencia y se comparte este conocimiento con otros.
En la zona sureste de estos importantes
jardines londinenses se encuentra un pabellón de no muy grandes dimensiones. Si
penetramos en su interior podremos contemplar un sinnúmero de pinturas que
ocupan todo el espacio disponible de sus salas. Miremos con atención los cuadros
allí colgados y nos sorprenderemos al contemplar que en algunos de ellos aparecen paisajes, árboles y plantas que identificamos inmediatamente como de
nuestras islas. Este pequeño museo no es otro que la Marianne North's Gallery, donde se guarda la prolífica obra de la pintora inglesa que le da nombre.
Marianne North nació en octubre de 1830 en Hastings, Inglaterra, y quiso formarse desde muy pronto para ser
cantante pero se vio obligada a renunciar a esta vocación por falta de
aptitudes. A partir de entonces comenzó a pintar flores, labor que le
acompañaría toda la vida. En 1855, tras el fallecimiento de su madre, comenzó a
viajar con su padre, un terrateniente y político, que
era diputado del Parlamento por Hastings. A la muerte de este decidió hacer
realidad su sueño: viajar por todo el mundo dibujando especies vegetales. Y durante
los años 1871 y 1872 recorrió, entre otros países, Canadá, Estados Unidos y Jamaica,
permaneciendo luego un año en Brasil.
Tras un duro invierno en 1874 en
Inglaterra, decide trasladarse a un clima más cálido y, siguiendo los consejos
de algún amigo, decide venir a Tenerife, donde permaneció tres meses. Llega a Santa
Cruz en enero de 1875 y se dirige a la Villa de la Orotava. Estando allí
recibe una invitación por parte de la familia propietaria para quedarse unos
días en la Rambla de Castro en Los Realejos y allí permanece tres días.
A mediados de febrero se trasladó al Puerto de la Cruz, alojándose en el
Sitio Litre, propiedad por aquel entonces de Charles Smith, en cuyo afamado
jardín y alrededores afirma Marianne que
“viví una vida en la más perfecta paz y felicidad y conseguí fuerza cada día
con mis amables amigos”. Visitó Las Cañadas, La Orotava, Los Realejos, San Juan
de la Rambla, Garachico e Icod entre otros lugares. De su paso por la isla
quedan veintinueve pinturas basadas en los paisajes y la flora de Tenerife.
Como afirma el historiador Nicolás González Lemus, “sus cuadros fueron
pintados con el propósito de despertar una admiración por la vegetación y
flores de nuestra naturaleza entre las gentes. Nos encontramos, pues, ante una
encantadora mujer victoriana arropada por una notable cultura botánica y capaz
de expresarla con gran agudeza a través de la pintura” Pero de su estancia en la isla no sólo nos dejó su obra gráfica sino
que también escribió sus impresiones sobre sus tres meses en Tenerife. Por fin,
a finales de abril regresó a Londres.
En agosto de 1875 comienza un viaje a través del mundo que la llevaría
a California, Japón, Borneo, Java y Sri Lanka. Los dos años siguientes los
pasó pintando especies vegetales de California, Japón, Borneo, Java y Sri Lanka.
Más tarde visitó la India, donde permaneció un año llegando a alcanzar el Himalaya.
A su regreso a Londres en 1879, expuso quinientas de sus pinturas en Kensington
y, a la vista del éxito de la exposición, decidió buscar un lugar para exhibir
su obra permanentemente, por lo que ofreció sus pinturas a los Reales Jardines
Botánicos de Kew donde aceptaron construir un pabellón para acogerlas. Por
indicación de Darwin se traslada entonces a Australia para pintar la flora y a
su vuelta se abre al público el 9 de julio de 1882 la Marianne North’s Gallery.
Los años siguientes continuó viajando para dejar constancia de la flora africana
y sudamericana. Murió en su casa de Alderley
el 30 de agosto de1890. Sus recuerdos y notas fueron publicados por su
hermana con el título de Recuerdos de una vida feliz.
En los últimos años la Galería de Marianne
North ha sido objeto de grandes obras de renovación, y los visitantes puede ver
en la actualidad hileras sucesivas de dibujos de vivos colores que muestran
flores, paisajes, animales y aves. En esta colección hay 833 pinturas, todas
ellas realizadas durante trece años de viajes alrededor del mundo.
La visita a la Marianne North’s Gallery, la única
exposición permanente en solitario por una artista femenina en Gran Bretaña, es una experiencia que ningún
visitante de Londres debe perderse. Sobre todo los tinerfeños, que podemos contemplar
unos luminosos pedacitos de nuestra isla en la lejana Inglaterra pintados por
la que fue conocida como “la cazadora de flores”.
No sabía de la existencia de esta artista pero hay que ponerla como un aliciente más para hacernos una escapadita a Londres. Marianne North me recuerda a una de mis profesoras, Társila Sicilia. Enseñaba latín pero su afición era dibujar flores y plantas. Ilustró muchos libros de texto, sobre todo venezolanos. Dichosos aquellos que pueden dedicar su vida a hacer algo que les gusta.
ResponderEliminarLa verdad es que vale la pena ver una visión de la isla tal como era en el último cuarto del siglo XIX y así darnos cuenta de lo que hemos cambiado y de lo que hemos perdido. Y sí, es otro motivo más para volver a Londres.
EliminarDoña Társila hacía, ya de jubilada, algo que enfadaba mucho a la gente del centro de S/C, dar de comer a unas decenas de gatos por la zona de la trasera de la Iglesia del Pilar. Hasta muy muy mayor se acordaba de nuestros nombres.
ResponderEliminarNo sé quien era doña Társila pero esta claro que dejó una huella profunda en muchas generaciones de alumnos santacruceros que pasaron por sus manos. Así da gusto haber sido profesora.
EliminarMARAVILLOSO,, EN MEXICO EXISTE EL CAZADOR DE FLORES: REVISEN EL SIGUIENTE LINK ES EXTARORDINARIA SU HISTORIA http://www.youtube.com/watch?v=ExSKrQJDoQI
ResponderEliminarMe permiten decir que el drago que aparece como de san Juan de Rambala estaba en Ycod , justo al lado del milenario. ignoro el motivo porque Marianne North lo sitúa EN LA ZONA de la Rambla para algunos en el bario de El Rosario cuando realmente el paisaje que esta detrás se corresponde con Ycod,Ya he enviado a Kew garden fotos aclartoria donde se aprecia el paisaje y una foto circa 1890 donde aparece de forma inequívoca el drago que en Kew sitúan de San Juan de Rambla con el Nº 503 y textualmente leemos: DRAGON TREE AT SAN JUAN DE RAMBLA TENERIFFE Si quieren ampliar información ponerse en contacto on el correo alvarofajardoh @gmail.com que gustosamente le informo del error cometido por la excelente pintora victoriana Marianne North, que como sabemos su salud mental no era muy buena cuando donó y sufragó el pabellón que lleva su nombre y que he tenido la suerte de visitar, en tres ocasiones, años 1968 -69
ResponderEliminarMuchas gracias por la interesante aportación. Saludos.
Eliminarel 20 de octubre 2022 estaré en kew para ver la posibilidad de cambiar el titulo del cuadro que sitúan en San Juan de La Rambla ,que realmente estaba en Ycod si me envías tu email te remito el informe con las fotos que evidencian el error.
ResponderEliminarsaludos alfa