por Melchor Padilla
El sábado 25 de agosto, en la plaza del Ayuntamiento de París, se celebró el 68º aniversario de la liberación de la ciudad de la ocupación nazi. Al acto, al que asistió el presidente de la República Francesa, François Hollande, fueron invitados un centenar de hijos y nietos de españoles que, por primera vez desde 1944, pudieron asistir al acto con la bandera de la II República española en recuerdo de los combatientes republicanos que participaron en aquel histórico acontecimiento.
¿Quién era Miguel Campos y cómo llegó a ser uno de los primeros soldados que liberaron París, hasta entonces ocupado por las tropas de Hitler? Para responder a esas preguntas debemos retroceder a los tiempos de nuestra guerra civil y de la segunda guerra mundial.
Muchos canarios partidarios de la República lograron abandonar las islas huyendo del terror que se implantó contra las organizaciones de izquierda desde los primeros momentos del golpe de estado franquista. Marineros y pescadores que se quedaban en la costa africana aprovechando una escala; fugas como la que hemos relatado ya en estas mismas páginas; prisioneros republicanos canjeados por presos franquistas –como los 90 que salieron de Fyffes en 1938 con destino a Barcelona-; y soldados canarios movilizados por el ejército golpista que desertaban en la Península, a los que hay que sumar los isleños que residían en el territorio leal a la República. Muchos de ellos pasaron a engrosar las filas del ejército republicano y con la derrota dejaron España.
Uno de ellos debió de ser Miguel Campos. Según se afirma en la Historia de Canarias, publicada por el diario La Provincia en 1991, era tinerfeño y socialista, extremo este último del que dudamos por lo que veremos más adelante. Ni siquiera estamos seguros de que éste fuera su verdadero nombre, pues era muy frecuente en aquellas circunstancias cambiar de identidad para evitar represalias a los familiares. Sólo nos quedan de él un par de fotografías borrosas en las que aparece una cara, permítaseme la expresión, muy de aquí. Sabemos que llegó a Orán en uno de los barcos que transportaban a los exiliados en 1939, pero no aparece en la lista de pasajeros del buque inglés Stanbrook, en el que sí viajaron los que después iban a ser sus compañeros de milicia, Amado Granell y Federico Moreno. El historiador Alberto Anaya contó que en una ocasión se le
acercó durante una conferencia un señor ya muy mayor, al parecer miembro del Partido
Socialista, que había conocido al combatiente canario y contaba que era del
Puerto de la Cruz.
El 23 de agosto, la Nueve tenía previsto avanzar hacia París. No obstante, Dronne recibió órdenes de retirada, pero al llegar a Croix de Berny se encontró con el general Leclerc, que le ordenó que marchara hacia la capital con las fuerzas que tuviera a mano, pues el pueblo parisino se había sublevado y resultaba preciso que, siguiendo órdenes del general De Gaulle, las tropas de la Francia Libre entraran antes que los americanos. Después de una ininterrumpida marcha, a las 21.22 horas del 24 de agosto, los semiorugas llegaron al Hôtel de Ville, el ayuntamiento de París. Todas las campanas de la ciudad comenzaron a repicar. París había sido liberado… por españoles.
La mañana del 26 de agosto, el general De Gaulle, acompañado de Leclerc y todo el estado mayor, descendió triunfalmente los Campos Elíseos. Detrás de él iban, dándole protección, los blindados de la Nueve. La compañía acampó en el Bois de Boulogne para recuperarse, pero pronto tuvo que emprender nuevas acciones de guerra. Campos, a finales de ese año, creó una especie de cuerpo franco que se dedicaba a recoger armamento para hacerlo llegar a la guerrilla antifranquista en España. Resultó herido y tuvo que soportar las terribles condiciones del invierno en Las Ardenas.
Su final es tan misterioso como su vida. El 14 de diciembre desapareció tras una misión en solitario. No se encontró su cuerpo, lo que desencadenó toda suerte de elucubraciones. Se dijo que había regresado a España para unirse a la guerrilla, que vivía en el norte de África… Nunca se supo más de él.
Sirvan estas líneas para conservar la memoria de un bravo canario, luchador por la libertad.
ACTUALIZACION 2019
Cuando se escribieron estas líneas poco o nada se sabía del orígen cierto de nuestro héroe. Investigaciones recientes han desvelado sus orígenes. Copio de un artículo de la periodista Cristina de Ganzo, publicado en EL DIA el 23 de agosto de 2019 este extracto de su biografía:
El
panadero de Güímar
La historia de Miguel Campos ha estado repleta durante
demasiado tiempo de muchas lagunas. Hasta en los libros de historia que
hablaban de La Nueve sólo se mencionaba que Campos siempre demostró un enorme
valor. Sus compañeros de batallón, el capitán francés que mandaba su
compañía... Todos reconocían en este güimarero a uno de los líderes del grupo.
Si era necesario adentrarse en territorio enemigo y enfrentarse a los militares
alemanes, ahí aparecía Miguel Campos. También se ha publicado que se unió a la resistencia
francesa en Argelia y allí se encargó de reclutar a otros compañeros para
luchar contra Hitler.
La fortaleza y el arrojo de este grupo, La Nueve, fue tan relevante que
cuando llegó el momento esperado de entrar en la Francia ocupada, fueron ellos
los que abrieron el camino al ejército aliado, los primeros en llegar hasta el
Ayuntamiento. Pero en realidad quién era Miguel Campos, aquel canario
silencioso que desapareció del mapa una vez que su batallón logró llegar hasta
el búnker de Adolf Hitler. Su hija Teresa se ha encargado de poner luz al
pasado de este joven panadero del sur de Tenerife, afiliado a la CNT, y que
terminó por ser encarcelado por las fuerzas fascistas, después del triunfo del
levantamiento de Franco.
Tuve el honor de conocer a la hija de Miguel Campos en Gúímar en 2017. |
Miguel Campos y su mujer, Isabel Piñero, se casaron en Candelaria, donde
vivía la familia materna, que procedía de La Gomera y tuvieron cinco hijos,
aunque al final sólo le quedaron con vida tres. Campos había abierto una
panadería en la calle Santo Domingo de Güímar y mantenía una buena situación
económica. El 18 de julio, justo el día del levantamiento franquista, comenzó
la pesadilla para esta familia. Al parecer fue un vecino del pueblo el que
denunció a Campos por su vinculación sindical. Por lo menos eso es lo que le
contaron a Teresa. Cuando detuvieron a su padre, ella apenas tenía un mes de
vida.
En aquellos años, en Tenerife, el sector de los panaderos estaba muy
ligado a la CNT y hasta el partido comunista, por eso no es descartable que
Campos fuera sindicalista o socialista. En aquellos momentos, cualquier
circunstancia era utilizada para que se ordenara una detención. Al no encontrar
a Miguel, decidieron llevarse a las tres mujeres que estaban en la casa: a
Isabel Piñero, compañera de Campos, a una cuñada que se encontraba en la
vivienda, una chica de 15 años y a Teresa, que era un bebé. Las otras hijas del
matrimonio estaban con los abuelos, por eso no fueron arrestadas.
Cuando Miguel Campos se entera de la detención de su familia se entrega.
Pero este acto no le sirvió de nada. El panadero de Güímar acabó en la prisión
de Fyffes. Su mujer, su hija de un mes, y su cuñada son enviadas a un centro de
detención en el País Vasco, concretamente a San Sebastián. De hecho, allí
bautizaron a la pequeña Teresa, y en ese lugar frío, inhóspito, en unas
condiciones penosas, pasaron tres años.
'Batallón de Trabajo 180'
Miguel Campos es trasladado al llamado Batallón de Trabajo 180 que
mantenían los nacionales en Marruecos. Durante este periodo, Campos logra
mantener una fluida correspondencia con su mujer. Las cartas que conserva
Teresa Campos son una joya y leerlas supone entender las razones que explican
la fortaleza de este canario.
Los padres de Teresa no solo se querían, sino que se mostraron un respeto
inmenso. Aquel panadero, afiliado a la CNT, siente que han dañado de una forma
tan injusta a su familia que le promete a su mujer, por ellas, y sus hijas, que
va a luchar con todas sus fuerzas por tratar de devolver la vida que tenían.
Seguramente ahí, en esa rabia, por lo que le habían hecho, aquel panadero se
transforma en un militar valiente, capaz de enfrentarse a todos los
contratiempos de la guerra con tal de cumplir la promesa dada.
es un una honra que un paisano canario haya participado en tal magnitud de un echo historico como la liberacion de Paris......
ResponderEliminarLa pena que nos queda es que todavía ha sido imposible identificarlo de manera precisa y averiguar su origen y vida en las islas. Gracias por tu comentario.
EliminarMiguel Campos no fue el único canario... hubieron muchos, entre los que destaco Ismael, que realizó tal cantidad de hazañas que le concedieron tras la guerra la máxima condecoración de honor de la República francesa: La Legión de honor con brillantes. Era pescador de la playa de San Marcos en Icod de los Vinos.
ResponderEliminarJosé M. Espinel Cejas
¿Conoces el apellido de Ismael? Me gustaría mucho documentarme sobre su vida y escribir algo sobre él.
EliminarGracias por tu comentario.
Estimado Melchor, lo conocí hace años. Ya falleció. Pero en la playa de San Marcos de su Icod natal, todo el mundo te puede hablar de él. Su hija vive. También Ricardo García Luis creo que lo cita en varias de sus obras, pero no recuerdo cuales. Si quieres te averiguo más. Escríbeme a mi correo espinelcejas@gmail.com
EliminarMe encantaría averiguar más sobre él. Sobre estos valientes se tejió un velo de silencio que, creo, tenemos el deber de quitar. Gracias por tu interés y atención.
EliminarCreo que ya localicé a Miguel Campos. Solo estoy seguro en un 90% He quedado con su hija para cotejar fotos y documentos.
ResponderEliminarExcelente. Si puedes pasarme la información, te lo agradecería.
EliminarCuando compruebe unas fotos de los Campos de Trabajos Forzados y escriba la Historia hablamos. Un saludo
ResponderEliminarEntonces, no murió?
EliminarSi, en ambos casos, sea uno u otro o ambos, ya murió. Tenemos localizado al nieto de Miguel Campos el que desapareció tras la liberación de París... y cuya viuda cobraba la pensión del Gobierno francés. Por otro lado, la hija y nietos del "otro" -que no estamos aun seguros de si se trata de la misma persona- y que fue miembro de las fuerzas de la Francia Libre y maquis posteriormente y que vivió en Marruecos y conocimos personalmente hasta su muerte...
EliminarGracias por seguir manteniéndonos al tanto de tus pesquisas. El asunto es apasionante.
EliminarEstaba recordando ahora a otro personaje épico, al que conocí y con el que compartí parrandas y muchas horas de conversación. Me refiero a José Suarez Grafiña, de Lanzarote. Otro histórico al que no se le ha reconocido, salvo por el documental hecho por Cirilo Leal para la Televisión Canaria y apenas emitido.
ResponderEliminarMelchor
ResponderEliminarTR ENVIE UNA NOTA POR FACEBOOK PRIVADO
Otro personaje épico, digno de otra biografía por sus hazañas, natural del Puerto de la Cruz: Martín Pérez González quien regresó de su exilio en Francia en numerosas ocasiones. Vale la pena recordarlo. Ya lo nombró Ricardo García Luís, el mejor conocedor de los personajes de Canarias durante estos tiempos convulsos y Manuel J. Lorenzo Perera quien lo cita también en otra de sus obras. Hay aun muchos viejos en su ciudad natal que aun le recuerdan.
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