En el
Salón de Plenos del Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna se
conserva una de las piezas vexilológicas más importantes de la Historia de
Canarias. Se trata de un lienzo al que tradicionalmente se ha venido a
denominar como "Pendón de la Conquista de Tenerife", aunque tal
denominación, como veremos, no responde en absoluto a la auténtica naturaleza
de este objeto. Pero precisamente ese nombre ha sido la causa de que el mismo
haya sido objeto de una agria polémica.
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"Pendón de la Conquista" |
Para
comenzar, vamos a hacer un recorrido por los testimonios que nos transmiten las
fuentes históricas acerca de pendones y otras enseñas que pudieran tener algo que
ver con el objeto que nos ocupa.
Entre
finales de 1495 y mediados del año siguiente se culmina la conquista de
Tenerife por las tropas castellanas al mando del Adelantado Alonso Fernández de
Lugo, considerándose tradicionalmente el 27 de julio de 1496, día de San
Cristóbal, como la fecha oficial de finalización de la conquista. Sin embargo,
no se conservan testimonios contemporáneos que hagan referencia al uso de algún
pendón o estandarte en concreto durante la campaña militar.
Pero
sabemos que en 1505, en la Proclamación de Juana como Reina de Castilla, Alonso
Fernández de Lugo mandó sacar de la iglesia de la Concepción un pendón que
tenía castillos, leones y una granada; es decir, se trataría del pendón real
que solía usarse en las proclamaciones reales, sin que pueda saberse con
certeza si estuvo presente en la Conquista o si fue confeccionado después de su
finalización.
El 23
de marzo de 1510 la Reina Juana concedió al Concejo de La Laguna "armas
para que pusiese en sello y pendón", aunque no existe constancia de si
efectivamente llegó a ponerse el escudo en algún pendón o bandera, si
exceptuamos la bandera del Regimiento de Milicias Provinciales de La Laguna que
se conserva en el Museo Histórico Militar de Canarias de Santa Cruz de Tenerife, donde dicho
escudo remata los brazos de la Cruz de Borgoña.
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En
1561, entre las enseñas que recibe el Alférez Mayor Francisco de Valcárcel,
figura el "estandarte real", de tafetán rojo y punta larga, que tenía
de una parte la imagen de Ntra. Sra. de Candelaria y de la otra las armas
reales. También recibió el guión real, con las armas de Castilla bordadas en
oro, plata y seda, con guarnición amarilla; este último escudo podría ser el
que aparece en la esquina del "Pendón de la Conquista", como veremos
más adelante.
En
1569 se documenta la procesión del Pendón Real en la festividad del 27 de
julio:
“… Dixeron: qe. Porque. N. S. fué servido qe. el
día de la festividad de Sn. Cristóbal fuese ganada esta Ysla pr los cristianos
conquistadores a los naturales infieles de ella, e reducida al conocimiento del
verdadero Dios; en reconocimiento, se ha acostumbrado qe. el Alferes general de
esta Ysla saque dicho día el Pendón real e vaya con él en la procesión y
porque. ha habido algunas diferencias entre los Beneficiados sobre de cual
Iglesia ha de salir, y pa. evitar dichas discusiones, se ha acordado qe. dicho
Pendón no vaya a la procesión, sino que se saque dicho día, pr la tarde, de las
Casas del Ayuntamiento y traiga pr. la ciudad con decente autoridad, y vayan a
las casas del Alférez gral, después de medio día, la Justicia y Regto., y le
lleven a las casas del Cabo. y allí reciba dicho Pendón de mano del Gobernador
e recibido, salgan de las casas del Ayunto. y se pongan todos a caballo con
toda la gente principal e Caballería de la Ciudad, e vayan con la orden y
delante vayan las trompetas y atabales, luego los alguaciles, y tras de ellos
toda la caballería y después los capitulares, qe. no fuesen regidores, e luego
siga el Cabildo, contando desde el Personero y Alcalde mayor e luego los
Escribanos, e luego los Jurados e detrás de ellos los Regidores pr. su
antigüedad e a la postre, dicho Alferes mayor con el Pendón real, al cual
lleven en el medio, el Gobernador e Regidor dcano y delante, del Pendón real,
vayan dos Reyes de Armas con sus cotas y mazas, y de esta manera pr. su orden,
vayan primero a la Ermita de San Cristóbal y hagan allí oración, y luego paseen
por las calles principales de la ciudad, y vayan a las casas del Cabildo, donde
dicho Pendón se ponga a una ventana, qe. salga sobre la plaza, y los caballeros
se regocijen en dicha plaza, jugando cañas y otros géneros de regocijos”1
A
partir de ahí parece existir un largo silencio en la documentación. La primera
vez que encontramos la mención de un vexilo en relación con la conquista de la
isla es en 1760, en las Memorias de Lope Antonio de la Guerra y Peña2,
quien, al referirse a la celebración por el Ayuntamiento de la festividad del 27
de julio, dice: Házela [la fiesta]
alternativamente en las dos Iglesias parroquiales [...] i lleva el Alférez
Mayor el Real Estandarte, que se levantó en la conquista. Esta misma idea
es luego recogida por José de Viera y Clavijo en sus "Noticias de la historia
general de las Islas de Canaria"3 (publicada entre 1772 y
1783). Tras describir la rendición de los jefes guanches dice: Concluida la solemne Misa [...] se entonó el
Te Deum. Y tomando Don Alonso Fernandez de Lugo el Real Estandarte de la
Conquista, le tremoló, diciendo por tres veces en voz alta: TENERIFE POR LOS
CATHOLICOS REYES DE CASTILLA Y DE LEON. Y más adelante indica en nota: Esta memoria se repite anualmente el 27. de
Julio, en cuyo dia celebra la Ciudad de la Laguna á su Patrono titular San
Christoval, saliendo en cuerpo á una de sus Parroquias, y llevando el Alferez
Mayor el Real Pendon que sirvió durante la Conquista de Tenerife.
De
este texto se deduce que el Adelantado simbolizó el final de la conquista -con
el sometimiento de los aborígenes- mediante el tremolado del Real Estandarte,
una práctica común en la época, y que dicho estandarte era sacado en procesión
cada 27 de julio para conmemorar aquel evento. Sin embargo, nada nos dice del
aspecto que tendría aquella enseña. En cualquier caso, parece evidente que en
el siglo XVIII estaba más o menos arraigada la idea de que el estandarte o
pendón real conservado en el Ayuntamiento (cualquiera que fuera su aspecto) era
el mismo que encabezó la conquista.
La
costumbre de sacar el pendón en procesión debió mantenerse durante el siglo
XIX, ya que el 10 de febrero de 1909 se le concedieron honores de infante, y el
17 de julio de 1913 el Alcalde de La Laguna comunicó al Capitán General de
Canarias que se había decidido sacarlo en procesión, información esta que puede
significar la reanudación de esta costumbre quizás interrumpida durante algún
tiempo por razones que desconocemos. Algunos años después, el 2 de agosto de
1920, el Ayuntamiento de La Laguna institucionalizó la procesión del Pendón, alegando
que venía haciéndose de forma tradicional. Lo curioso es que este
acontecimiento siguió desarrollándose incluso durante la II República, hasta el
punto de que el 20 de septiembre de 1931 el Ministro de la Guerra, Manuel
Azaña, autorizó honores militares.
Durante
los años del franquismo no parece haber novedades sobre este asunto, pero con
la llegada de la democracia sale a la luz un independentismo hasta entonces
clandestino y que en gran medida encuentra su justificación histórica en la
reivindicación de los aborígenes como los auténticos antepasados del pueblo
canario actual. Según esa visión, los canarios no deben celebrar la conquista,
ya que ello supone celebrar su propia derrota, y por tanto los elementos
asociados a la conquista, como el pendón, son símbolos de sometimiento y
opresión.
A lo
largo de los años noventa se fueron haciendo frecuentes los actos de protesta
contra el pendón por parte de grupos independentistas, normalmente con escasa
participación pero con bastante repercusión mediática. Aunque las protestas
iban dirigidas contra el acto en su conjunto, se manifestaban gráficamente en
el rechazo al pendón como símbolo de la conquista. Esto se manifestaba
gráficamente en unos dibujos que mostraban una representación convencional de
un pendón (sin ningún parecido con el real) bajo una señal de prohibición.
El 29
de julio de 2003, a raíz de unos incidentes especialmente sonados, con
intervención policial saldada con varias detenciones, se creó una “Comisión
para el estudio del papel protocolario e institucional del Pendón de la
Conquista”. En junio de 2004 la comisión presentó su dictamen, en el que
recomendaba que dejara de ser sacado en procesión el 27 de julio, dado que no
tenía nada que ver con la Conquista. Recomendaba que, en su lugar, se sacara
"el escudo", lo que en la práctica significa la bandera. Esta
recomendación fue aprobada por el Pleno el 8 de julio de 2004. La decisión no
satisfizo ni a los independentistas, ya que de todas formas se siguió
celebrando la Conquista, ni a otros ciudadanos, que constituyeron una
asociación para la defensa del patrimonio y promovieron la declaración del
Pendón como Bien de Interés Cultural por parte del Cabildo Insular, objetivo
que consiguieron el 25 de mayo.
El 13 de julio de 2006 el PP (que apoyaba
mediante un pacto de gobierno a Coalición Canaria) presentó una moción en el
Ayuntamiento para que el Pendón volviera a salir, con el argumento de que al no
ser de época de la Conquista no era un símbolo de la misma; la moción fue
aprobada y aquel año salió, pero al año siguiente (23 de julio de
2007) Coalición Canaria (ahora con mayoría absoluta) presentó una contramoción
y volvió a quedarse sin salir el 27 de julio. A partir de entonces, el pendón
sólo sale el 14 de septiembre, en la procesión del Cristo de La Laguna, como
símbolo de la vinculación de la Monarquía con la hermandad encargada de la
custodia de esta imagen. Además, durante los días alrededor de esa fecha, en
que se celebran las fiestas locales, varios rincones de la ciudad son
engalanados con banderas municipales En cambio, el 27 de julio ya no
sale ni el pendón ni el escudo ni la bandera, quedando los actos en un breve
desfile de los miembros del ayuntamiento desde las casas consistoriales hasta
la iglesia del Convento de las Catalinas, donde se celebra una misa.
Hasta
aquí los hechos vinculados con el pendón y su polémica. Pasaremos ahora a
describirlo.
Se
trata de un paño de damasco de seda natural, rojo, decorado con flores de loto,
de aprox. 1,55 x 2,54 m. Fue restaurado en 1982. En el centro lleva un
escudo bordado con las armas reales, entre las que figura el escusón de
Portugal, lo que nos permite datarlo entre 1580, fecha de la incorporación a la
Corona española de Portugal, y 1684, en que desaparece el escusón de las armas
reales (quizá un poco más tarde, por el retraso en la llegada de noticias a
Canarias) El conjunto va rematado por corona real cerrada de cinco medios arcos
(modelo bastante frecuente en época de los Austrias) y rodeado por el collar
del Toisón de Oro.
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Escudo central y reconstrucción aproximada. |
Por otra
parte, en la esquina superior derecha figura otro escudo donde aparecen los
cuarteles de Castilla, Nápoles, Aragón y León. Esta disposición, no muy frecuente, corresponde a las
armas de Fernando el Católico como Rey de Nápoles, lo que permite datarlo entre
1504 (cuando recibió dicho reino por su matrimonio con Germana de Foix) y 1516,
fecha de su muerte. Por lo tanto, ninguno de los dos escudos se corresponde con
la época de la conquista de Tenerife.
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Escudo de la esquina y reconstrucción. |
De
este análisis se concluye que ni la pieza en su conjunto ni ninguna de sus
partes datan de época de la conquista de Tenerife por Castilla. Sin embargo, es
evidente que los escudos que en ella se muestran tienen una considerable
antigüedad, y probablemente pertenecieron a sendos pendones reales, las
insignias que en el Antiguo Régimen representaban la autoridad del Monarca
sobre sus territorios y sus súbditos. Por tanto, el pendón conservado en el
Ayuntamiento de La Laguna es una pieza de incalculable valor histórico, símbolo
de la vinculación de Tenerife a la Monarquía española, con lo que ello pueda
tener de positivo o negativo para cada cual.
Para
finalizar, digamos algo más con respecto al escudo de La Laguna, ya que, como
hemos visto, en su momento se planteó como una especie de alternativa al
Pendón. Como se ha dicho más arriba, el 23 de marzo de 1510 la Reina Juana
concedió al Concejo de La Laguna "armas para que pusiese en sello y
pendón":
... e por la presente vos doy por armas el angel
San Miguel armado con una lana e una vandera en la una mano e un escudo en la
otra e debaxo puesta una breña de que sale del alto della unas llamas de fuego
que se nombra teydan e un león a la una parte de dicha breña e un castillo a la
otra e debaxo de dicha breña la dicha ysla de thenerifee en campo verde a la
mar alderredor e todo ello puesto en un escudo en campo amarillo con unas
letras amarillas por la orla en campo colorado que dize Michael arcangel beni
ym adjutorium populo Dei thenerifee me fecit, segund va pintado en esta mi
carta en memoria de que la dicha ysla de thenerifee se ganó día de San Miguel
por el dicho Adelantado...
Al
respecto, es curioso leer lo que dice el dictamen de 2004:
Es precisamente en este escudo, donde se
encuentra no solo el primer signo de identidad de La Laguna, sino incluso donde
se encuentra representada la nueva concepción de ciudad criolla y mestiza que
caracterizará a las futuras fundaciones españolas. Junto a los emblemas de
Castilla y León, a cuyo reinado se incorporan las Islas Canarias, se encuentran
representadas las culturas Guanche y Castellana por medio de dos símbolos
religiosos como son el Teide, denominado Echeyde por los guanches, que no solo
era la morada de un espíritu maligno al que denominaban Guayota, sino que
además era su montaña sagrada que tenía la función de sostener el mundo
superior (el cielo) y el inferior (la tierra), y por otro lado, en la esquina
superior izquierda se encuentra San Miguel Arcángel.
Por lo tanto, el escudo de La Laguna debe ser
entendido como el símbolo que representa en la isla de Tenerife el mestizaje de
dos pueblos y dos culturas, la guanche y la castellana, tal como se puso de
manifiesto desde el mismo momento de la fundación de la Villa.
Sin
embargo, la interpretación que hacen algunos historiadores, como Miguel Ángel
Martín Sánchez5, es que la presencia de San Miguel pretende
identificar la victoria de Alonso Fernández de Lugo sobre los guanches con la
del Arcángel sobre las fuerzas del Mal. De ninguna manera se trata de poner en
pie de igualdad dos culturas, la guanche y la castellana, sino que la segunda
es "el pueblo de Dios", como claramente indica el lema de la bordura:
MICHAEL ARCANGELE VENI IN ADJUTORIUM POPULO DEI THENERIFE ME FECIT [Miguel
Arcángel ven en ayuda del pueblo de Dios, Tenerife me hizo6]
Por
lo tanto, por muy buena voluntad que queramos echarle, no hay más remedio que
reconocer que el escudo de San Cristóbal de La Laguna (y de la isla de
Tenerife, ya que el mismo, con ligeras variaciones, es usado por el Cabildo
Insular) simboliza la victoria de un pueblo, el castellano, sobre otro, el
guanche, con lo que ello llevó aparejado de desaparición violenta de una
cultura y su sustitución por otra. Pero este hecho puede ser entendido en la
actualidad como una catástrofe de la que lamentarse y exigir venganza en forma
de independencia, o como un acontecimiento histórico irreversible que, a pesar
de todos los aspectos negativos que pueda contener, significó el nacimiento de
la sociedad y la cultura canarias tal como hoy la conocemos.
Notas:
1.
Libro
de Actas Capitulares del Cabildo. Oficio Primero, Libro 12, folio 129.
(1563-1570) -Sesión de 23 de Julio de 1569- (Archivo Municipal de La Laguna)
2.
GUERRA
Y PEÑA, Lope Antonio de la. Memorias:
Tenerife en la segunda mitad del siglo XVIII. Las Palmas de Gran Canaria:
Ediciones del Cabildo de Gran Canaria, 2002
3.
VIERA
Y CLAVIJO, Joseph de. Noticias de la
historia general de las Islas de Canaria. Santa Cruz de Tenerife: Idea,
2004
4.
Real
Cédula conservada en el Archivo Municipal de La Laguna
- MARTÍN SÁNCHEZ, M.A. La imagen de San
Miguel en el escudo heráldico de La Laguna: un programa político ilustrado
en sentido cristiano. Cuadernos de
Arte e Iconografía. Tomo IV, nº 8, 1991
- La
inscripción del escudo corrige los errores ortográficos contenidos en el
documento original. Por otra parte, parece que Thenerife me Fecit sería el lema o divisa del Adelantado Alonso
Fernández de Lugo, al que, efectivamente, Tenerife le "hizo" un
hombre poderoso.