miércoles, 26 de abril de 2017

Una cárcel para Santa Cruz de Tenerife

por Melchor Padilla



En el Archivo de la Ciudad de Arganda del Rey (Madrid) e incluídos en el fondo 'Arquitectos Aranguren', se hallan depositados, entre otros referidos a Canarias, dos documentos manuscritos que firma el que fuera arquitecto provincial de Canarias, Manuel de Oraá. Uno, fechado en 1859, es un informe acerca del estado de la prisión existente en aquel momento en la ciudad y, el otro, de 1861, un anteproyecto nunca realizado de construcción de una prisión provincial para Canarias. No sabemos a qué es debida la presencia de estos documentos en este archivo madrileño pero uno de los arquitectos que da nombre al fondo, José Luis Aranguren Bourgón, es el autor de los planos de la antigua Prisión Provincial de la avenida Benito Pérez Armas de la capital tinerfeña en 1934 y estuvo en las islas para hacerse cargo de su construcción.

Manuel de Oraá y Arcocha fue el primer arquitecto titulado en Canarias por la Real Academia de San Fernando, y en 1853 el primer Arquitecto Provincial de Canarias, cinco años antes de la institución del cargo en el resto del país. Natural de Burgos, estudió Arquitectura en la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Desarrolló una ingente labor constructiva en diferentes municipios, no sólo en cuanto a obras y proyectos sino como asesor en asuntos de arquitectura, urbanismo y medio ambiente.

En 1862 abandona las islas y se traslada a Madrid, donde ejerce como arquitecto de distrito. Su condición de carlista le perjudica, por su implicación en la Tercera Guerra Carlista lo que le obliga a abandonar el país, dirigiéndose a Francia.

Este fracaso le lleva a regresar definitivamente a Canarias en abril de 1877, donde, tras realizar trabajos para particulares, retorna al puesto de arquitecto municipal de Santa Cruz en 1883, donde inicia su período más prolífico, que culmina con su fallecimiento el 2 de febrero de 1889.

Algunas de sus obras principales como arquitecto municipal de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife son el Teatro Guimerá, el actual Parlamento de Canarias, la Plaza del Príncipe, el Mercado de Abastos y el Antiguo Hospital Civil. La profesora de la ULL María del Carmen Fraga ha estudiado en profundidad la figura de este arquitecto.

En el ejercicio de sus atribuciones en 1860 eleva Oráa un infome al Director General de Establecimientos Penales en el que valora el estado del edificio 'de propiedad particular que ocupa el destacamento presidial de esta provincia':


En cuanto a sus dimensiones y comodidad estima que estas son muy limitadas pues no pasa de ser un cuadrado de unos 30 metros de lado (112 pies) en el que cuatro crujías,  que pueden albergar a un máximo de 110 confinados, se distribuyen en torno a un patio central. las condiciones de seguridad que aprecia son nulas por el mal estado de las rejas de madera de las ventanas y el poco grosor de los tabiques. Aimismo describe en su informe las deficientes condiciones de salubridad de esta prisión.

La situación de la prisión a la que hace referencia este informe de Oráa está claramente determinada en el plano que de la misma se incluye en este documento pues se la sitúa entre las calles de Santa Isabel (Actual Carmen Monteverde) y la plaza del Hospital. Hay que tener en cuenta que por aquellos años se levantaba en el lugar que hoy ocupa el edificio de la Capitanía, un antiguo Hospital Militar, por lo que debemos concluir que la plaza a la que se hace referencia correspondería aproximadamente con la actual plaza de Weyler.

En el plano de la ciudad de Santa Cruz diseñado por Vergara en 1856 aparece claramente señalado un edificio que denomina 'Cuartel del Destacamento Presidial' cuya situación se corresponde exactamente con la indicada por Oráa. Comparando este plano con una fotografía área actual podemos concluir que la carcel se hallaba en la esquina de las actuales calles de la X y Ángel Guimerá.


En 1868, los presos fueron desalojados de este edificio debido a sus condiciones ruinosas y trasladados al Lazareto. En algunas fotografías de principios del siglo XX de la zona, como en esta coloreada, se puede apreciar todavía el edificio que sirvió de prisión. Lo podemos ver a la izquierda de la imagen ya sin el pequeño torreón que aparece en los planos y con la puerta ensanchada para permitir su utilización como almacen comercial.

Quedaba, pues, pendiente la construcción de un centro penitenciario que reuniera condiciones adecuadas para el internamiento de presos. Por ello en 1861, y de acuerdo con las órdenes del Director General de Establecimientos Penales, Manuel de Oráa elabora un anteproyecto en el que va a incluir, además de los planos, una memoria descriptiva y el presupuesto de la obra.

Dicho establecimiento penitenciario, con capacidad prevista para 1116 internos, tendría la siguiente ubicación:
“(…) a la izquierda del camino de San Sebastián, donde llaman el ‘Chapatal de Guimerá’ y en el que concurren las circunstancias siguientes: 1ª Ser elevado respecto al casco de la población, a sotavento de la misma y a una distancia de 1250 metros de los últimos edificios. 2ª hallarse tan próxima a la Carretera Provincial que con la construcción de 380 metros de camino en continuidad del Paseo de los Coches (o sea ronda de esta ciudad) y una alcantarilla sobre el barranco de Santos, se hallará en comunicación inmediata con ella y con la parte de población situada hacia este lado.”
Tengamos en cuenta que el término alcantarilla tiene en este caso, me parece, el antiguo significado árabe de ‘puente pequeño’ Más adelante se construiría este, conocido como Puente Nuevo, entre 1869 y 1870, en la continuación de la Rambla en la actual avenida de Las Asuncionistas, en una zona que se abría entonces a la construcción.



No es dificil ubicarlo en el plano actual de la ciudad pues la zona todavía conserva en la actualidad el nombre de El Chapatal. En el siguiente plano comparativo se aprecia con claridad que no puede tratarse de otro lugar porque en la plaza de La Paz situamos la confluencia entre los antiguos Paseo de los Coches y la Carretera Provincial (Ramblas de Santa Cruz y Pulido hoy en día). Si medimos 380 m. desde aquel lugar y cruzamos el barranco de Santos, el lugar previsto para la construcción estaría situado aproximadamente en la rotonda que une la avenida de Bélgica y San Sebastián, muy cerca de donde se encuentra el Colegio de las Asuncionistas, que no fue construído hasta principios del siglo XX.


Lo que más llama la atención en los planos del anteproyecto es que Oráa diseña un edificio de planta radial que se inspira en las ideas que hacia fines del siglo XVIII desarrollara el filósofo utilitarista inglés Jeremy Bentham. Este tipo de construcciones recibe el nombre de panóptico pues se pensaba que unos pocos guardianes podían controlar sin demasiado esfuerzo a los presos en sus celdas. Ejemplos de panópticos los podemos encontrar en muchos lugares del mundo y también en España siendo quizá el más conocido, entre otros, la todavía en funcionamiento Cárcel Modelo de Barcelona.

En la memoria que acompaña al anteproyecto Oráa establece las bases por las que se ha guiado para su elaboración. Según él este presidio debe estar destinado a hombres condenados a penas graves "de siete a doce años". Trata de evitar la presencia de mujeres en el mismo edificio para que no se produzca 
"cierto germen de inmoralidad que en personas corrompidas y aisladas produce la sola idea de la proximidad a otras de distinto sexo que atraen con torpes deseos".
Pasa a detallar a continuación las caracteristicas de las dependencias comunes con la que debe contar la prisión como son los lavaderos, tanto de ropa como para el aseo personal de los reclusos, la enfermería con dos salas con un total de 62 camas, capilla y dependencias para el personal de administración y vigilancia.

Por último, el anteproyecto incluye los presupuestos tanto de materiales como de personal. En el primer aspecto, propone ahorrar costes utilizando madera de los montes del Estado en la provincia y en cuanto a personal expone que, debido a la escasez de mano de obra cualificada, sean lo propios sentenciados que tengan preparación en albañilería, cantería o herrería así como otros para trabajar de peones quienes sean  los que construyan la prisión "a la que más tarde habrán de de venir a cumplir aquí sus condenas".

El presupuesto total de la obra ascendería a 12.519.072,40 reales de vellón de los que 327.997 corresponden a honorarios del arquitecto, ayudante, aparejador, delineante, escribientes, etc... y el resto a gastos de construcción.

La obra nunca se llevó a cabo y hasta 1950 Santa Cruz no pudo contar con una cárcel en condiciones, la más arriba mencionada prisión de la Avenida Benito Pérez Armas. Esta permaneció activa hasta los años 90, cuando fue trasladada al municipio de El Rosario: el actual Centro Penitenciario Tenerife II. 

NOTA: Quiero manifestar mi agradecimiento a Juan A. Hernández Bernabé que me comunicó la existencia de estos documentos de Oráa en el archivo de Arganda. También a Rafael Cedrés y Alejandro Carracedo, administradores de la página de Facebook Fotos Antiguas de Tenerife por su inestimable ayuda en la documentación de este artículo.