por Melchor Padilla
“Ayer, como oportunamente se había anunciado, se efectuó en Güímar la inauguración de la central eléctrica que en dicho pintoresco y progresivo valle ha montado la sociedad anónima «Hidroeléctrica de Güímar» El acto se celebró con toda solemnidad y en medio del mayor entusiasmo por parte de los directores y organizadores de la importante empresa, entusiasmo al que se sumó el pueblo entero, para el que fue el de ayer un gran día de imperecedero recuerdo”Así comenzaba el diario El Progreso del 8 de abril de 1929, la crónica de la inauguración de la que hoy se conoce como la Hidro de Güímar, uno de los escasos ejemplares de hidroeléctricas existentes en las islas. Aparte de la que hoy nos ocupa, también podemos destacar otra en La Orotava, una en La Gomera (Monforte) y dos en La Palma (Hidroeléctricas de Argual y Tazacorte, y Rifu-El Mulato).
La Sociedad Hidroeléctrica de Güímar fue promovida por el entonces joven alcalde del municipio sureño, Tomás Cruz García, en 1920, pero por dificultades de acuerdo con los regantes de la comunidad de Ríos y Badajoz, cuyas aguas iba a utilizar, no fue hasta 1928 cuando la citada comunidad cedió, mediante escritura, de forma gratuita y a perpetuidad la fuerza motriz del agua de las captaciones orientadas al regadío del valle de Güímar provenientes de las perforaciones de galería en los cabeceros de los barrancos de Badajoz (Güímar) y Añavingo (Arafo). Se constituyó una sociedad anónima mediante la emisión de tres mil acciones de 50 pesetas de las que se cubrieron inmediatamente 2600, quedando el resto en cartera. El dos por ciento de las acciones se entregó a “Ríos y Badajoz”
La Hidro se localiza en el interfluvio que separa los barrancos de Badajoz y del Río, a unos 675 metros de altitud en un farallón rocoso situado encima de la zona conocida como La Degollada, a unos tres kilómetros del centro urbano de Güímar. Al lugar se accede por un antiguo camino que parte del barrio de San Juan, existiendo un segundo ramal que nace en el Barranco de Badajoz.
Fue diseñada por el ingeniero Rafael de Villa y Calzadilla, y el material hidráulico y eléctrico, así como su montaje, se encargó a la casa alemana Siemens Schukert. El agua caía a través de un salto entubado de casi doscientos metros de altura, con un caudal de agua de 60 litros por segundo que a través de una turbina J.M. Voight, asimismo de fabricación alemana, a mil revoluciones por minuto permitía el funcionamiento de un grupo de 125 kW de potencia nominal, conectado a un alternador de 100 kva a 1.000 r.p.m., con tensión de salida a 5.000 V y a 50 Hz. En cuanto al edificio de la central, fue construido por los ingenieros Juan Haesy y Carlos Moenck.
En ese mismo año la central comienza a dar servicio por la noche al municipio güimarero y desde comienzos de la década de los treinta la distribución se amplía al vecino municipio de Arafo por los principales barrios cercanos (San Juan, Vera, Tasagaya), con unos 6,5 km de redes. El aumento de la demanda frente a la disminución de caudales de las galerías obligó a la compañía a instalar en 1951 un grupo diesel de 120 HP a 600 r.p.m. con alternador de 75 kva. Este aumento de potencia se reveló insuficiente y a fines de los cincuenta comenzaron los problemas de suministro que obligaron a la conexión y prestación de potencia adicional a mediados de la siguiente década. Por último, en 1972 la sociedad y las redes de distribución se integraron en UNELCO.
En la actualidad el edificio de la Hidro está compuesto por dos cuerpos ortogonales adosados. El primero consta de dos plantas y azotea, existiendo varios vanos que se abren en tres de sus fachadas. En la segunda planta de la fachada principal aún se localizan los bornes de anclaje del tendido eléctrico (ya desaparecido) que abastecía de electricidad a las localidades del Valle. El segundo cuerpo, de una sola planta y cubierta a dos aguas de uralita, cuenta con dos ventanales que se abren en la fachada sur. En el interior se conserva la maquinaria -grupo diesel, alternador, etc.- que en los últimos años de funcionamiento generaba la energía eléctrica. Más abajo, quedan los cubos de distribución del agua para los regadíos.
En 2007, por decreto del Gobierno de Canarias, de 20 de noviembre, “la Hidro” es declarada Bien de Interés Cultural, con categoría de Sitio Histórico. La delimitación del ámbito de protección se justifica por la necesidad de preservar una edificación de interés histórico relacionada con un sistema de obtención de energía poco frecuente en el Archipiélago.
Sería interesante que por parte de las autoridades competentes se tratara de poner en uso didáctico para el alumnado de nuestros centros uno de los pocos ejemplares de central hidroeléctrica que existieron en nuestra isla.
NOTA: Mi agradecimiento a Rafael Cedrés por proporcionarme las imágenes en blanco y negro que aparecen en el artículo.