lunes, 8 de octubre de 2012

El templo masónico de Santa Cruz: un edificio único.

por Melchor Padilla



En pleno centro de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife, en la calle de San Lucas, se encuentra un edificio único en toda España y quizá de los más singulares del mundo. Si nos acercamos a contemplarlo podremos observar una extraña fachada en la que se aprecian elementos decorativos clásicos junto a otros, los más abundantes, de clara inspiración egipcia.

Así, veremos tras la verja de hierro cuatro esfinges que parecen custodiar las dos columnas palmiformes, en memoria de las columnas del Templo de Salomón, que se elevan hasta lo alto de la fachada para sostener un frontón que presenta en su interior la imagen de un enorme ojo radiante que parece vigilarlo todo. Es una representación del Gran Arquitecto del Universo. Sobre el dintel de la puerta principal nos recibe la imagen de un disco alado, representación del dios del antiguo Egipto Horus Behedety. Todos estos elementos tienen un marcado carácter simbólico y nos indican que estamos ante la fachada de un templo masónico, que fue sede hasta 1936 de la Logia Añaza.


La Masonería es desde el siglo XVIII una institución de carácter iniciático, filantrópico y filosófico que, según sus miembros, tiene como objetivo la búsqueda de la verdad y fomentar el desarrollo intelectual y moral del ser humano. En Tenerife, la Logia Añaza fue la más importante y de mayor duración de todas las de Canarias. Se fundó en 1895 y perduró hasta el 18 de julio de 1936, momento en que la Falange se incautó del edificio.

La necesidad de contar con un local propio para sus celebraciones hizo que se adquiriera en 1899 el solar de la calle de San Lucas y se encargara el proyecto al arquitecto Manuel de Cámara. El edificio estaba finalizado en 1904 y en una fotografía de la época vemos todavía la fachada sin enlucir. El revestimiento de ésta se realizó años más tarde, en 1921, y el acabado definitivo presenta algunas variaciones con respecto al proyecto inicial, como el añadido de las ya citadas esfinges.


Una vez que hemos accedido a su interior nos encontramos con un vestíbulo o salón de los Pasos Perdidos que sirve de distribuidor y que conduce a la Sala de Tenidas, lugar donde se celebraban los rituales masónicos. En la actualidad, esta sala (que conserva el suelo original ajedrezado) ha perdido las pinturas que decoraban sus paredes y todos los elementos simbólicos, quedando únicamente las gradas que permitían acceder al Oriente, donde se situaba la presidencia de la logia.

Una fotografía antigua nos permite conocer cómo era la estancia en su mejor época, con el suelo ajedrezado, las columnas que flanquean la entrada, el ara de los juramentos, el estrado principal, el pendón de la Logia... Especial mención hay que hacer de la cámara de reflexión, donde los que iban a ser iniciados pasaban las horas previas a la ceremonia. Se trata de una cueva o tubo volcánico desde el que se podía acceder a la Sala de Tenidas.

Tras la sublevación de Franco se produjo en las islas, con carácter inmediato y antes que en la Península, la ilegalización de la masonería y la incautación de todos sus bienes. Como ya hemos dicho, el edificio se convirtió en sede de la Falange pasando con posterioridad a ser propiedad del Ejército, que lo dedicó a sede de Farmacia Militar hasta su cierre en los años 90. En 2001 fue adquirido por el Ayuntamiento de Santa Cruz y desde el primer momento se planteó la necesidad de su restauración, para dedicarlo a futura sede de un museo y centro de estudios sobre la masonería.

A finales de 2007, el Gobierno de Canarias lo declaró Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento, pese a lo cual la única medida tendente a su conservación ha sido incluir en el Fondo Estatal de Inversión Local, dentro del conocido como Plan E, una partida de 74.988,38 euros para proceder al trastejado del edificio.

A lo largo de estos años de propiedad municipal ha existido una enorme desidia en la conservación del edificio, lo que ha provocado un gran malestar entre sectores de la política y la cultura locales. Se han producido en este tiempo episodios tan extraños como que, a instancias de la Concejalía de Patrimonio del Ayuntamiento de Santa Cruz, se llegara a discutir en el Consejo del Patrimonio Histórico de Canarias la posible pérdida del título de Bien de Interés Cultural para poder ejecutar en su interior una serie de obras de reforma que desvirtuarían sus características originales. Se trataba de impedir, además, que el templo fuera vuelto a utilizar por los masones para el fin que fue construido.

El edificio debe ser conservado a toda costa, pues, como declaró al periódico El Día el profesor de Historia del Arte de la ULL Alberto Darias Príncipe, "tiene un valor excepcional no sólo a nivel local, sino nacional e internacional". "En España no hay un solo edificio con su grandiosidad, belleza y perfección". Según él, "estamos hablando de una pieza única" no sólo arquitectónicamente, sino también por su carácter ritual.

2 comentarios:

  1. Este edificio fue lugar de torturas tras el golpe de estado y sede de Falange.

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    1. Tienes razón, amigo Druso. Hay un interesante artículo sobre este asunto en http://www.eldia.es/2009-06-12/santacruz/6-Garcia-Luis-Hubo-torturas-salvajes-dentro-Templo-Masonico.htm
      Un abrazo.

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